En
otras oportunidades hemos dedicado artículos enteros al análisis político, a la
crítica revolucionaria, al debate y a la discusión teórica. Sin embargo, en
esta oportunidad, se trata de que podamos creer y soñar una vez más.
La
historia de nuestros países no solo entraña el sufrimiento y la amargura de la
pobreza de nuestros pueblos, nuestra historia también recoge la luz, el amor y la resistencia
y lucha de generaciones enteras.
Hemos
nacido en un tiempo en el que hemos podido ver
con nuestros propios ojos el auge revolucionario de las masas, hemos
presenciado momentos de victoria y de profundo aprendizaje. A diferencia de
otras naciones, en Venezuela la juventud se ha debatido y enfrentado a grandes
contradicciones en corto tiempo. Muchos de nosotros pudimos gozar de
oportunidades que nuestros padres jamás pudieron tener, una mejor alimentación y la posibilidad de entrar a
una universidad, convertirnos en estudiantes y formarnos para la vida como
profesionales.
Nuestra
generación ha
gozado
de libertades democráticas, de poder militar libremente bajo principios
socialistas y de asumir luchas y alcanzar el triunfo. Todo esto lo vivimos
junto a un liderazgo que logró encarnar en su humanidad, las demandas
de todo un pueblo, que en
conjunto lograron delinear y fortalecer el proyecto socialista bajo un claro carácter anticapitalista
y antiimperialista. En
ese período aprendimos la importancia de organizarnos, pero fundamentalmente comprendimos el poder de
la unidad, la capacidad y la fortaleza que tenemos cuando juntamos nuestras
fuerzas hacia un objetivo.
Actualmente
no hay duda de que los tiempos han cambiado, la realidad es dinámica y observamos en ella, como algo
se vuelve su contrario. Luego de vivir grandes procesos de emancipación,
participación y empoderamiento popular, vemos como estas conquistas se han
visto eclipsadas durante los últimos años, y lo que antes (en revolución) fue
sencillo para la juventud, ahora no lo es, cada día se hace más difícil
estudiar, conseguir un buen empleo y hasta alimentarse bien y ni hablar de
luchar por las reivindicaciones. Todas las conquistas alcanzadas otrora hoy se
ven amenazadas, incluso los derechos democráticos se ven deteriorados, que
indignación y que tristeza
tener que vivirlo después de tanta gloria.
Pero,
¿por qué razón esto ha sucedido?, ¿qué es lo que ha acontecido?, son diversos
los factores que han incidido, por supuesto que el asedio económico por parte de los EE.UU. ha afectado terriblemente a la economía, sin
embargo no es correcto afirmar que esta ha sido la única razón del declive, en distintas
oportunidades nos hemos explayado en otros aspectos, como la crisis estructural
del capitalismo rentista y dependiente venezolano, que precede al proceso
revolucionario, pero a su vez, la inconsecuencia en la política gubernamental aplicada,
que no respondió a la transformación socialista de la sociedad, sino que se
quedó en la regulación (sin éxito) del capital, en Venezuela no se trascendió
el sistema económico capitalista, pero éste tampoco se desarrolló,
no hubo ni socialismo ni capitalismo pleno, la revolución se quedó a medias.
Por
supuesto existen otras razones que incidieron en el desarrollo histórico de la realidad reciente, y no solo en el ámbito económico, sino que toca lo
ético, lo ideológico y lo formativo. Gran parte de la dirigencia gubernamental
cambió sus condiciones de vida material, y desde ese momento muchos dejaron de luchar por las
carencias de la mayoría del pueblo humilde, otros se perdieron en los vicios de
la corrupción y no solo desangraron el erario nacional, sino que desmoralizaron
a las bases populares con
ello. Otro aspecto fue la errática conformación
de un partido que careció de verdadera democracia centralizada para llevar a
cabo las luchas teniendo en consideración a su militancia, y sin duda la
ausencia de un
verdadero empeño para la formación de los cuadros, ha sido otra debilidad que impidió
que la dirección tomase las medidas correctas y necesarias para hacer frente al
imperialismo, luchar contra la burguesía
nacional y no caer en la conciliación de clases.
Si
bien estas líneas no buscan hacer un análisis, lo anteriormente expuesto es
solo una aproximación de la realidad tan compleja en la que se ve envuelta
nuestra generación. En esta oportunidad a pesar de las dificultades aún existe
una juventud con ímpetu revolucionario y un arraigado compromiso social y por
la transformación.
Los
jóvenes marxistas debemos continuar nuestra formación, nuestra labor y nuestra
lucha por las mejoras
de las condiciones de vida de los trabajadores, los campesinos y demás sectores
populares que buscan un mejor mañana, por ello debemos organizarnos y avanzar.
En
Venezuela hoy se abre una alternativa, y nos enfocaremos en dar lo mejor de nosotros mismos para
alcanzarla, hablamos de la unión de las fuerzas políticas de izquierda que
históricamente han prevalecido ante la dificultad. La Alternativa Popular
Revolucionaria, está llamada a erigirse como ese nuevo referente político que
dispute el poder para el pueblo, que se enfrente al imperialismo de
manera consecuente y que rescate las banderas del proyecto político socialista.
La
juventud que ahora se erige, ha aprendido del ejemplo de generaciones que incluso inmolaron su vida por el
proyecto socialista, que lucharon
hasta el final de sus días y que prevalecieron, de la misma manera podemos
afirmar que esta generación está lista
para combatir, ese
es el destino de la sangre joven de este hermoso sueño por el socialismo, luchar y vencer.
¡Rescatemos a la revolución!
¡Rescatemos las banderas del
socialismo!
¡Revolución o Nada!
Buen análisis, espero que la conciencia revolucionaria de la juventud se mantenga porque es vital para la continuidad de las luchas políticas revolucionarias por venir.
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