sábado, 5 de septiembre de 2020

Carta a papá

Padre, hoy celebro tu vida. Sé que estás bien, sé que en donde te encuentras es donde debes estar, porque es allí a donde pertenece tu corazón, junto al cielo y las estrellas más brillantes que he visto alguna vez: en nuestra amada Bolivia. 

Tata, hoy en tu cumpleaños solo debo decirte que continúo de pie, que continúo fiel a mis principios y convicciones, que no he cedido ante las dificultades, que no pienso doblegar mi ajayu y que jamás dejaré de luchar por una sociedad y un mundo más justo.

Han pasado varios años, pero mi amor por ti y por nuestra tierra sigue creciendo. No he olvidado aquel pacto que hicimos tomando coca, y que terminó dándole nombre a este compromiso que tengo de ayudar a los más necesitados, y de formarme y crecer día a día para ello.

¿Qué tipo de padre compromete a su hija a tal responsabilidad y compromiso? Pues sin duda un gran hombre, con virtudes y defectos, pero con un gran corazón. Por eso agradezco a la vida por tenerte, por haber recibido tu crianza y tu amor por la libertad.

¡Munakuyki padre! Así estés lejos te tengo presente en todos mis triunfos y en mis tropiezos. En todo lo que haga, siempre tendré en cuenta mi compromiso. Cada día sumo un granito de arena. ¡No descansaré papi! Quiero que siempre estés orgulloso de tu hija. 

Este es otro año en el que no estamos juntos, pero tengo la certeza de que pronto te volveré a ver, de que estaremos en la Llaqta y que podremos perdernos nuevamente en las montañas y los ríos de Sehuencas. Por ahora, solo me conformaré con los recuerdos de nuestros paseos en El Alto de La Paz, en nuestra querida Caracas, y por supuesto, de nuestras aventuras por las Cuatro Naciones del Sol.

Como me gustaría decirte que he terminado en Venezuela y que ya puedo regresar, pero aun no es el momento. Solo deseo que a pesar de la distancia entre ambos seas feliz. No pierdo la esperanza de volverte a ver y retomar nuestras aventuras.

Mucha fuerza y alegría Tata, que pronto nos reencontraremos y brindaremos con chicha punateña, pero esta vez estarás complacido de lo que me he convertido gracias a ti, a tu guía y a tu amor.


¡Jallalla Tata!

¡Que el sol brille nuevamente para ti!

 

Atte: Tu hija Pauli.

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