Para los revolucionarios del mundo la historia del
bolchevismo es una fuente de innumerables enseñanzas. Estas líneas solo
pretenden tomar algunas de estas tantas experiencias, que sin duda continúan
siendo parte valiosa de la historia del marxismo y del movimiento obrero. Con
ello no se pretende opacar el estudio profundo y minucioso de la historia del
marxismo y mucho menos insinuar la existencia de un número limitado de
lecciones en torno a los orígenes del bolchevismo.
El marxismo no siempre fue el pensamiento científico
predominante entre los jóvenes revolucionarios rusos. Por ello resulta
fascinante comprender como esta herramienta poderosa que resulta ser el
marxismo para los obreros, logra consolidar una hegemonía en la juventud y
luego en el movimiento obrero revolucionario.
Los debates, las controversias e incluso las experiencias
personales de los revolucionarios, son claves para la comprensión del proceso
embrionario de las organizaciones políticas y de la revolución, convirtiéndose
en parte de la tradición marxista de utilidad teórica y organizativa.
La "juventud populista" rusa
En la década de los 70 del siglo XIX, frente a la
decadencia de la sociedad feudal y el atraso del desarrollo capitalista en
Rusia, un sector de la intelectualidad (1):la juventud populista rusa,
rompió con la nobleza, la burguesía y el clero, buscando una la salida al
estancamiento social al que se encontraba sometida la decadente sociedad
feudal.
De esta manera los Narodnikis (2) vieron en el
campesinado una fuerza revolucionaria en potencia, al ser para ellos la personificación
del pueblo, y por ende el sector más importante de la atrasada sociedad rusa.
Estas apreciaciones por parte de los Narodnikis, no
solo partían de su afán por encontrar un punto de apoyo social, sino de un
referente histórico: el edicto de emancipación de 1861, el cual serviría como
antecedente para este movimiento.
El edicto de emancipación de 1861
Luego de las pérdidas sufridas en la Guerra de Crimea
entre 1853 y 1856, y las sublevaciones campesinas que fueron brutalmente
reprimidas entre 1858 y 1860, el Zar intentó evitar un estallido social tras la
humillante derrota en la guerra, por lo que en 1861 el Zar Alejandro II emitió
el edicto de emancipación, que respondió no a un gran sentido de empatía y
buena voluntad, sino al temor a una sublevación y a un alzamiento
revolucionario.
El edicto, que abolía formalmente las relaciones de
servidumbre en Rusia, lejos de ser un cambio positivo para las masas, empeoró
las condiciones de vida del campesinado y elevó las de los terratenientes,
repartiéndoles solo a ellos las tierras más fértiles y estratégicas (con acceso
a los molinos y al agua). De esta manera el campesinado se vio obligado a pagar
impuestos, y se les limitó la movilización por medio de pasaportes internos.
El edicto había cumplido su función: evitar la
revolución. La aplastante mayoría campesina luego del edicto obtuvo 33.700.000
desatinas (3) de tierra,mientras que la minoría terrateniente obtuvo
71.500.000 desatinas. La desigualdad resulta evidente, los terratenientes
habían logrado apropiarse de las tierras cultivables más lucrativas, la reforma
había sido un engaño, le había permitido cierta tranquilidad al Zar a costa de
una profunda desigualdad económica e injusticia social. (Woods A, 2004)
Primera lección
Si bien el campesinado había llevado a cabo una serie
de sublevaciones antes y después del edicto, a lo largo de la historia -o al
menos en su mayoría- han sido incapaces de jugar un papel independiente y
revolucionario. Esto sin desconocer sus luchas e indudable tesón.
La falta de cohesión social y/o homogeneidad del
campesinado, que los diferencia de los obreros -que poseen una mayor cohesión
social- se debe a que el campesinado se ve dividido. Dentro de esta misma
clase, pueden haber campesinos ricos, (dueños de tierra y empleadores) y
campesinos pobres que se encuentren totalmente desposeídos. Por ende, estos
últimos, serán más atraídos por el programa y la dirigencia de la clase obrera
-u otras tendencias como las anarquistas- ya que comparten una vida de
carencias y miserias casi equiparables a la de los obreros.
Por su parte, son más las semejanzas que pueden tener
los campesinos ricos, con la burguesía, que también es poseedora -en este caso
no de tierras, sino de medios de producción industriales, coorporaciones,
banca, entre otros, sin que esta sea una característica excluyente- y
empleadora, por lo que a su vez comparten una mayor afinidad.
Además de esto, para los campesinos, el problema de la
propiedad individual de la tierra, es central. Mientras que los obreros
son explotados de forma colectiva, bajo un mismo techo, por un mismo
patrón, lo que lleva al desarrollo potencial de una conciencia de clase, los
campesinos, por sus objetivos como clase y su lugar en el proceso de
producción, tienden a desarollar una conciencia individualista (la tierra para
el que la trabaja).
A esto es a lo que nos referimos los marxistas cuando
hablamos de la dispersión del campesinado, de la falta de cohesión social y a
la ausencia de una conciencia de clase común. Aclarando esto, comprendemos por
qué los esfuerzos de esta clase a lo largo de la historia, solo han triunfado
cuando se han subordinado al programa y la dirección de otra clase en las
ciudades (burguesa o proletaria).
He allí la importancia de caracterizar acertadamente
el entorno y los sujetos sociales que hacen vida dentro de la sociedad. Cosa
que no pudieron establecer los jóvenes populistas, debido a sus prejuicios y
debilidades teóricas provenientes de sus influencias predominantemente
anarquistas (4). (Ver segunda lección)
La juventud Narodnik vio en el campesinado una fuerza
revolucionaria en potencia -como era de esperarse- y no en la incipiente clase
obrera, pero como explicó Marx: "de todas las clases que hoy se enfrentan
con la burguesía, sólo el proletariado es una clase verdaderamente
revolucionaria. Las demás van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la
gran industria; el proletariado en cambio, es su producto más peculiar."
(Marx K. y Engels F.1848)
La errada orientación táctica del narodnismo
El empeoramiento de las condiciones de vida de las
masas campesinas, y el profundo sentimiento de rechazo e indignación por parte
de la juventud populista rusa, trajo consigo un proceso de radicalización luego
de la "emancipación" del Zar(5), que a su vez vino acompañada
de una fuerte oleada de represión.
En las universidades las ciencias naturales y la
historia fueron excluidas del programa de estudios por ser consideradas
asignaturas potencialmente subversivas, y se obligó a las escuelas a dictar 47
horas de latín y 36 horas de griego, con el fin de controlar las mentes de los
estudiantes. (Woods A, 2004).
Frente a esta situación, la juventud rusa se vio
atraída por las ideas de Bakunin, quien con su llamado a la "acción
directa", coincidió con el espíritu y la lógica de la juventud que se
encontraba ávida de ideas y acciones concretas. De esta manera, Marx había
pasado desapercibido, desconociendo sus más grandes descubrimientos -el
dinamismo dialéctico de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento; la
concepción materialista de la historia y "los secretos" de la
producción capitalista- su trabajo político y su teoría de la violencia y el
poder. (Engels F. 1878)
De esta manera en 1874 cientos de jóvenes -en su
mayoría de clase media-alta - con un elevado sentido de desprendimiento e
ingenuidad, se avocaron desinteresadamente al trabajo político con el
campesinado, esto con el afán de "despertarlo" a la revolución. Pero
se encontraron con una profunda decepción. La gran apatía de las masas
campesinas desgastaron sus fuerzas.
Muchos de estos jóvenes dejaron a sus familias, sus
estudios, sus casas, sus comodidades y con un admirable espíritu
revolucionario, se dirigieron a lo que ellos consideraban la personificación
del pueblo, la fuerza revolucionaria en potencia para la transformación de la
sociedad. Pero estos jóvenes carecían de un programa claro y una organización
con una orientación política correcta. De esto podemos extraer una segunda
lección.
Segunda lección
El idealismo y la extrema ingenuidad habían arrastrado
a cientos de jóvenes al fracaso. La influencia nefasta de la "acción
directa" de Bakunin, la impaciencia y la avidez por acciones y resultados,
habían causado estragos en la juventud revolucionaria.
Los narodnikis no tenían un programa, ni una correcta
orientación organizativa que guiara su accionar, por lo que como era de
esperarse, no contaban con la experiencia conspirativa, lo cual sumó a su
desacierto.
El contar con un arsenal teórico poderoso y acertado,
es inapreciable. La juventud narodniki no contaba con ello, se habían dejado
conquistar por teorías fundamentalmente falsas, las ideas de los anarquistas y
demás idealistas eran solo eso, ideas, carecían de verdadero fundamento
científico. De esta manera la juventud careció no solo de una caracterización
adecuada de su realidad -como ya lo hemos señalado- sino de un método
apropiado.
Toda teoría falsa, conduce irremediablemente al
desastre. De allí la importancia y la fortaleza teórica, organizativa y
programática que nos hereda la tradición y la teoría marxista. "Los
anarquistas son utopistas. Su punto de vista no tiene nada de común con el
socialismo científico moderno... nada tienen que ver con la ciencia social, la
cual, en su marcha hacia adelante, los ha dejado atrás...". (Plejánov J. 1969)
La senda histórica especial para el socialismo en
Rusia
La idea central de los populistas (narodnikis)
planteaba que Rusia podría transitar por una vía especial para llegar al
socialismo, saltando -de alguna manera- del decadente atraso feudal, a
una sociedad sin clases -el socialismo- sin tener que pasar por la fase
capitalista.
Esta idea fue rebatida de manera decisiva por Lenin en
su trabajo El Desarrollo del Capitalismo en Rusia en el que demostraba que en
realidad el capitalismo ya había empezado a minar la base de la antigua comuna
campesina rusa mediante el establecimiento de un mercado nacional, y explicaba
la necesidad de una alianza entre obreros y campesinos para luchar contra el
Capital.
A este debate, Marx y Engels también añadieron su
opinión. En una carta de Marx a Vera Zasulich de 1881 y el prólogo de Engels a
la segunda edición rusa del Manifiesto Comunista (de 1892) ellos plantean lo
siguiente: “¿podría la comunidad rural rusa forma por cierto ya muy
desnaturalizada de la primitiva propiedad común de la tierra pasar directamente a la forma
superior de la propiedad colectiva, a la forma comunista, o, por el contrario,
deberá pasar primero por el mismo proceso de disolución que constituye el
desarrollo histórico de Occidente? La única respuesta que se puede dar hoy a
esta cuestión es la siguiente: si la revolución rusa da la señal para una
revolución proletaria en Occidente, de modo que ambas se completen, la actual
propiedad común de la tierra en Rusia podrá servir de punto de partida para el
desarrollo comunista.”
Como podemos ver, esta no es la misma idea de los
populistas rusos que pensaban que el sujeto de la revolución eran los
campesinos y que la comunidad rural rusa podía ser la base para saltar
directamente al socialismo sin pasar por el capitalismo. Lo que Marx y Engels
están diciendo es que si hay una revolución proletaria en Occidente que
permita completar la revolución rusa en dirección al socialismo en ese
caso, la comunidad rural rusa puede servir como base para el comunismo en el campo.
En realidad lo que ellos están planteando como hipótesis es la revolución
permanente.
Solo la ingenuidad extrema de la juventud, pudo caer
en las manos de los idealistas y del "decadente utopismo" (6).
Para él, solo era necesario que los revolucionarios se abocaran al pueblo y que
despertaran al "instintivamente" revolucionario campesinado ruso, sí,
a ese que se había acostumbrado a vivir subordinado al Zar, al terrateniente y
a la fe en Dios. (Plejánov J. 1969) (Woods A, 2004)
Para los teóricos anarquistas no era necesario luchar
por reivindicaciones o reformas, mucho menos organizarse o crear un programa de
lucha claro, para ellos la sociedad no sería "transformada más que a
condición de destruir las instituciones que la rigen". Su objetivo era el
derrocamiento del Estado y cualquier otro tipo de expresión tiránica semejante,
para luego crear una especie de federación voluntaria de comunidades locales.
Esta fue la causa de la profunda debilidad de los Narodnikis: Sus raíces
utópicas, sus raíces predominantemente anarquistas. (Plejánov J. 1969)
No basta solo la voluntad y la determinación, esto
solo representa un elemento subjetivo de los otros necesarios -de mucha
importancia claro está- pero que por si solas no son suficientes para la
trasformación. Es necesario tener en cuenta el contexto histórico y el conjunto
de relaciones económicas y sociales establecidas: Las condiciones objetivas.
Lamentablemente, la juventud populista mistificó el
papel del campesinado y los creyó responsables de llevar a cabo la revolución
socialista. Debido a sus prejuicios los jóvenes creyeron que los obreros
estaban alejados del socialismo, pensaban que estaban menos abiertos a las
ideas revolucionarias por las penurias a las que estaban sometidos diariamente.
Pero Marx y Engels explicaron, que la clase obrera por su conciencia
instintivamente colectiva (al ser explotada de manera colectiva) y por su papel
en la sociedad -como responsable de la producción- es la única clase capaz de
llevar a cabo la revolución y conducir a una sociedad más justa.
El desarrollo de la industria
Para escapar de la pobreza, los campesinos pobres (7)
se vieron obligados a migrar a las ciudades en busca de trabajo. En 1865 dentro
de las fábricas, talleres y la minería, el número de obreros sumó un total de
676.000 y en 1890 sumó 1.180.000. La industria había experimentado un aumento
significativo durante la década de 1870. La clase obrera se había multiplicado.
(Woods A, 2004)
De esta manera, el campesinado que había sido obligado
a abandonar la tierra huyendo de la miseria, era arrojado por las
circunstancias, a trabajar en las fábricas, sufriendo un inadvertido salto de
conciencia, debido a las extenuantes jornadas de trabajo en condiciones de
precariedad.
Los intolerables métodos para la obtención de mayores
ganancias por parte de la clase capitalista y el descontento de los obreros,
crearon las condiciones propicias para la formación de los primeros grupos y
organizaciones obreras.
Nacimiento de las organizaciones obreras
Como comentamos, las precarias condiciones laborales y
el descontento, habían sentado las bases para la creación de "La Unión
de Obreros del Sur", fundada entre 1872-1873 por Zaslavski, quien
provenía de una familia noble (no rica) y que comenzó su trabajo entre los
obreros de Odessa, al ver la inutilidad de las tácticas narodnik ante el
campesinado.
La Unión de Obreros del Sur, fue consciente de la necesidad de
una revolución capaz de destruir los privilegios y las desigualdades.
Lastimosamente esta fue quebrada bajo una ola de arrestos en 1875, donde los
trabajadores fueron sentenciados a trabajos forzados y encarcelamiento.
Zaslavki fue condenado a 10 años y murió de tuberculosis debido a las terribles
condiciones a las que fue sometido en prisión.
En 1879 el joven Plejánov participó en una
manifestación ilegal, siendo forzado a huir al extranjero para no ser detenido
por la policía zarista. Viéndose obligado a madurar políticamente y a trabajar
bajo la clandestinidad. Por ello es elegido en su ausencia, a formar parte del
circulo básico de "Zemlya i Volya"(8) que nace con la
intención de reagrupar las fuerzas del movimiento obrero.
Pero el Zemlya i Volya se basaba en una confusa
idea de socialismo campesino, que pasaba por: la creación de comunas, la transferencia
de la tierra a los campesinos y el impedimento del desarrollo capitalista. Nada
diferente a la "senda histórica especial" para lograr el socialismo
en Rusia.
Indudablemente el exilio y la experiencia del trabajo
obrero, causo un cambio cualitativo en el joven Plejánov, lo cual le ayudo a
deslindarse de prejuicios que permitieron su acercamiento a las ideas del
marxismo, convirtiéndolo en el futuro fundador del marxismo en Rusia.
En 1877 se crea "la Unión de Obreros Rusos del
Norte", fundada ilegalmente por Stepan Jalturin y Victor Obnorski,
personajes importantes de la década de los 70', que posteriormente se
vincularon con otros destacados personajes del movimiento narodnik: Lavrov,
Axelrod y Plejánov.
En 1877 durante la guerra contra Turquía, en la isla
de Vasilevsky, resultaron heridos y murieron varios obreros luego de que un
polvorín de la fábrica de armas explotara. La tragedia se convirtió en el
detonante de una serie de huelgas sin precedentes por parte de los obreros
textiles. Y a pesar de que Plejánov era de los responsables de la sección
obrera de Zemlya i Volya, los Narodnikis lamentablemente no supieron
como actuar ante los acontecimientos protagonizados por el movimiento obrero.
En espacio de dos años se dieron 26 huelgas en San Petersburgo,
donde la Unión de Obreros del Norte jugó un papel importante. En 1879
alcanzó a organizar 200 obreros y tener a 200 más en reserva (distribuidos en
distintas fábricas), formaron una biblioteca y grupos clandestinos para el
estudio, también crearon una imprenta y llegaron a publicar su primer periódico
ilegal, "Rabochaya Zarya" (El Amanecer Obrero); pero pocos
meses después de la publicación de su primer número, la policía mediante una
oleada de arrestos quebró a la Unión de Obreros del Norte y destruyó la
imprenta. (Woods A, 2004)
La ruptura de la Unión fue una tragedia para el
movimiento obrero. No solo representaba una desgracia para valiosos cuadros
revolucionarios por el encarcelamiento y las sentencias a trabajos forzados
bajo condiciones terribles, sino por la catástrofe de haber quebrado la
organización obrera más fuerte del momento, originando un proceso de
desmoralización que trajo consigo conclusiones pesimistas, que llevaron a la
radicalización y el terrorismo.
La fragmentación del movimiento revolucionario
Desde un principio el movimiento revolucionario se
encontró dividido en dos tendencias, por un lado se encontraban los seguidores
de Lavrov, llamados frecuentemente los "educadores" y los otros,
"insurreccionistas" influenciados por Bakunin.
Los seguidores de Lavrov, se ocuparon por medio de la
propaganda pacífica, de "abrir los ojos" al pueblo, promoviendo la
autoconciencia. Pero un sector de los narodnikis, al ver los fracasos de la
propaganda pacífica de Lavrov y de la política de "ir al pueblo", se
inclinaron por una tendencia más extrema que incluiría las prácticas del
terror. De esta manera los desacuerdos en cuanto estas prácticas y los fracasos
de la política de "ir al pueblo", terminaron generando la escisión en
el seno del movimiento narodnik entre 1874 y 1875.
Naródnaya Volya
"Naródnaya Volya" fue una organización terrorista
secreta, creada por el sector narodnik que estaba resuelto a combatir a la
autocracia por medio del terrorismo, para con ello estimular a la rebelión de las
masas, o por lo menos eso era lo que pensaban.
Para 1877 cientos de jóvenes habían sido encarcelados
por la política de "ir al pueblo". Víctimas de los malos tratos por
parte de la guardia zarista y de las terribles condiciones de encarcelamiento,
a muchos de ellos no se les había hecho juicio, pasando más de tres años en
prisión. La tortura y los constantes abusos hacia los compañeros presos, habían
rebasado la paciencia de los jóvenes narodnikis.
De esta manera las tácticas para generar terror,
habían sido concebidas para la autodefensa y forzar la liberación de los presos
políticos, pero la práctica del terror tiene una lógica propia y rápidamente se
adueña de cualquier organización, convirtiéndose en una organización
terrorista.
Tercera lección
Los argumentos dela tendencia terrorista de los
narodnikis; han sido los mismos argumentos utilizados por las guerrillas
urbanas, las cuales justifican sus acciones a causa de la dificultades para el
trabajo político, la ausencia de libertad de prensa y la superioridad de las
fuerza del Estado.
En Rusia, la emancipación de las masas del orden
social impuesto, no sería lograda por las tácticas del terror. En los hechos,
el terrorismo se aparta de la lucha política revolucionaria y es causante de la
degeneración de las organizaciones -que bajo el afán de fungir como detonantes
para el alzamiento de las masas y la conquista del socialismo- intentan darle
empujones a la historia, generando más represión (por parte del régimen
establecido) y temor en la sociedad.
Como marxistas condenamos todo tipo de acciones
terroristas, no por motivos morales, sino porque lejos de producir la
revolución, tienen un efecto contraproducente. Lastimosamente, los argumentos
de la guerrilla urbana solo repiten las viejas ideas premarxistas de los
jóvenes terroristas rusos, que ante su ingenuidad e impaciencia, se arrojaron a
las prácticas del terror.
Para los marxistas no puede haber una revolución sino
se conquista previamente a las masas. La transformación socialista de la
sociedad precisa de una lucha y un esfuerzo colectivo, que requiere la
implicación directa de la clase obrera, a la vanguardia de todos los sectores
oprimidos, para la consumación de las tareas históricas de demolición del viejo
orden y edificación de uno nuevo. La revolución no puede ser gestada por un
pequeño grupo de "adelantados", al margen de la clase que representa.
Los riesgos de degeneración burocrática en las agrupaciones que se adelantan en
demasía respecto a las masas, y que por tanto suelen obrar "por arriba",
están implícitos en el proceso, tanto en la lucha política legal o clandestina,
pero por sobre todo cuando estas organizaciones logran tomar el poder,
constituyendo generalmente una fuerza estatal que se erige por encima de las
clases (bonapartismo).
Este tipo de prácticas vanguardistas, solo revelan la
debilidad y la falta de confianza en sí mismos para ganar a las masas a la
lucha revolucionaria. El marxismo ve la transformación de la sociedad como un
acto consiente de la clase, el terrorismo en esencia, resulta ser una práctica
reaccionaria. No existen atajos en la política que no resulten con frecuencia
en un desastre.
El Grupo Emancipación del Trabajo
"Cherny Peredel" (Repartición Negra)
fue el nombre de la última organización no terrorista de los narodnikis,
dirigida por Plejánov, de la cual emergerían las primeras fuerzas del marxismo.
Plejánov propuso a la Cherny Peredel dirigir
sus esfuerzos a las fábricas y vincularse con los antiguos contactos obreros
como Jalturin, pero la correlación de fuerza fluía a favor del terrorismo.
Incluso Jalturin en 1880 había participado en un atentado contra el Zar. Pero
no fue hasta 1881 cuando un atentado acabó con la vida del Zar Alejandro II.
Como era de esperarse, la muerte del Zar, en lugar de
representar la caída del sistema y la emancipación de las masas, se trasformó
en una fuerte oleada de represión y contrario a las expectativas de los
terroristas, no hubo ninguna sublevación popular. Pero los narodnikis lejos de
aceptar el fracaso de sus ideas y procedimientos, se perdieron aún más en su
confusión.
Ante la crisis de estas ideas, la pequeña tendencia de
Plejánov se vio forzada al exilio y buscó respuestas en las obras de Marx y
Engels. De esta manera el estudio de la filosofía marxista, destruyó las viejas
ideas del narodnismo que tanto mal le habían causado a sus mentes.
A pesar de las pequeñas fuerzas del grupo de Plejánov,
contaban ahora con una visión diferente a la de los dirigentes de los círculos
narodnikis, los cuales ante su crítica -ahora marxista- intentaron aislarles
acusándoles de traidores por haber abandonado la tendencia ideológica del
movimiento populista.
En 1883 nace el "Grupo Emancipación del
Trabajo" , formado por los marxistas: Plejánov, Axelrod, Zasúlich, Lev
Deutsch y Vasily Nikolaevich Ignanov, siendo este último el menos conocido por
haber fallecido tempranamente.
De esta manera el Grupo Emancipación del Trabajo
se enfrentó a fuertes ataques y calumnias que buscaron evitar su avance. Sin
embargo, a pesar del aislamiento que sufría el grupo del movimiento a lo
interno de Rusia, se habían acercado a los partidos de la internacional
socialista, escribiendo para su prensa y participando en sus congresos. Pero a
pesar de esto, aún existían quienes les veían (al Grupo Emancipación del Trabajo)
como un grupo sectario, debido a que durante años solo habían tenido débiles
nexos en Rusia con los líderes del narodnismo, entre ellos Lavrov.
Durante los primeros 10 años, el Grupo Emancipación
del Trabajo vivió una agotadora batalla ante las dificultades económicas
derivadas de su exilio político forzado. Dependían de las contribuciones que
algunos simpatizantes ricos hacían, que en muchos casos ni socialistas eran,
pero que sirvieron para publicar al menos irregularmente sus artículos en el "Sotsial
Demokrat"(9) trimestralmente.
Durante dos décadas el grupo se mantuvo con los mismos
miembros fundadores. Fue en 1890, cuando el grupo comenzó a gozar de autoridad
política ante los jóvenes que veían el marxismo como un medio para la
transformación de la sociedad. Entre los jóvenes, la consigna había cambiado,
ya no era "ir al pueblo", era "ir a los obreros".
Entre de 1891 y 1892 una espantosa oleada de hambre
azotó a toda Rusia, afectando a 40 millones de personas que perecieron por la
hambruna, el cólera o el tifus. La tragedia había servido para demostrar la
ineficiencia y la corrupción de la autocracia zarista.
Aunque aún nadie hablaba de la posibilidad de llevar a
cabo la revolución socialista en Rusia, los tiempos habían cambiado. Zemsky
Sobor(10), había logrado agrupar, alrededor de las ideas del
marxismo, las fuerzas revolucionarias.
De esta manera se pasó de la propaganda a la agitación
(11), y no faltaron quienes criticaron al Grupo Emancipación del Trabajo
por tomar esta decisión. Algunos revolucionarios se encontraban reacios a
aceptar que la situación había cambiado, la clase obrera había crecido, las
condiciones de vida habían empeorado. En fábricas como Putilov, la clase obrera
había crecido enormementeentre 1881 y 1900, pero aún así no entendían la
necesidad de plantear consignas democráticas junto a consignas de
reivindicaciones obreras. (V. L. Lenin, 1902)
Plejánov en su artículo "La tarea de los
socialdemócratas rusos durante la hambruna en Rusia (1892)", explica
la diferencia entre propaganda y agitación y la necesidad de penetrar a las
masas por medio de consignas para la agitación como la jornada de 8 horas.
El enorme movimiento huelguístico proletario de este
tiempo, mostró el desarrollo alcanzado por la clase obrera, que con el progreso
del capitalismo en Rusia, se levantó como un sector decisivo de la sociedad. De
esta manera la agitación encontró terreno fertil, atrayendo incluso a los
obreros más atrasados, logrando con ello que el marxismo se expandiera sobre la
clase obrera y que los marxistas se vincularan con las masas.
El Nacimiento de Rabotnik y Rabócheie Dielo
En un mitin en San Petersburgo entre 1894-1895, Lenin
y Sponti, quienes formaban parte del Sindicato de Trabajadores de Moscú, fueron
elegidos por parte de los representantes de grupos socialdemócratas de varias
partes de Rusia para negociar con el Grupo Emancipación del Trabajo una
resolución que se aprobó, la cual consistía en que las publicaciones más
populares para los obreros, se escribieran en el extranjero.
De esta manera Lenin y Sponti establecieron contacto
con el Grupo Emancipación del Trabajo. Esto significó un gran
acontecimiento, se había logrado establecer un vínculo entre el grupo de
veteranos revolucionarios en el exilio con una prolífica y prometedora capa de
jóvenes al interior de Rusia, con una base de trabajo importante. Así nace
"Rabotnik" (El trabajador), el cual sería el periódico
marxista que se publicaría en el exterior por parte del Grupo
Emancipación y "Rabócheie Dielo" (La Causa Obrera) que sería
el periódico que circularía a lo interno de Rusia.
Luego del regreso de Lenin, cuando se preparaba la
primera edición del Rabócheie Dielo, se llevó a cabo una redada, en la
que apresaron a la mayor parte de los dirigentes, entre ellos al mismo Lenin, quien
estando en prisión continuó escribiendo y teniendo correspondencia, utilizando
métodos clandestinos y rudimentarios(12) para poder continuar con la
agitación.
El encarcelamiento de los líderes dejo un vacío en la
dirección, siendo ocupada rápidamente por muchachos inclusos más jóvenes,
que si bien tenían la voluntad y en entusiasmo para asumir las tareas, carecían
de la experiencia y principalmente de la instrucción política (teórica). Esto
trajo consigo graves consecuencias: si bien mucha gente nueva entró en el
movimiento al encontrase en decadencia el narodnismo y el terrorismo, la
calidad de la dirección había decaído.
De manera casi imperceptible, la nueva dirección se
encontraba sujeta a viejos prejuicios, como el de creer que las ideas de la lucha
política, eran demasiado difíciles para que la clase obrera pudiera
comprenderlas. Por lo que consideraron que éstos solo debían enfocarse en la
lucha por la mejora de sus condiciones económicas.
La organización estaba en peligro de disolverse a futuro,
se estaban haciendo planes para separar a los intelectuales de los obreros. Por
suerte en 1897, antes de enviar al exilio a los líderes apresados -entre los
que se encontraba Lenin- les dieron tres días para que arreglaran sus asuntos,
por lo que esto le permitió a Lenin y a los demás líderes reunirse para
rechazar enérgicamente esta tendencia que llevaría al desastre.
Lenin defendía la formación de cuadros obreros y su
participación en la liga, pero sin que esto significara llevar a la
organización al nivel de los obreros más atrasados. No obstante, la juventud de
nuevo era atraída por los atajos políticos, atajos que como ya hemos
mencionado, generalmente conducen al desastre. Era la impaciencia y el
desprecio a la teoría la que les estaba llevando al fracaso.
Las tensiones
Con la mayor parte de los líderes en el exilio,
quedaba en manos del Grupo Emancipación del Trabajo combatir la nueva
tendencia. A finales de 1897, la juventud a lo interno de Rusia había estado
colaborando con el Grupo, pero comenzaban a haber desacuerdos.
En principio Plejánov fue muy paciente y tolerante
para evitar cualquier ruptura con la juventud, de manera que intentó en todo
momento conciliar las diferencias. Al fin habían logrado vincularse con el
trabajo interno en Rusia y no quería perderlo.
A pesar de los esfuerzos por conciliar con la juventud
socialdemócrata, esta resentía el protagonismo político de Plejánov, por lo que
las diferencias se hicieron más frecuentes. Tratando de encontrarle las fallas,
llegaron al punto de reprocharle al Grupo Emancipación del trabajo su
"talón de Aquiles" en la organización: las finanzas. El Grupo se
encontró desmoralizando, eran sumamente dependientes de la juventud para el
trabajo interno en Rusia.
De esta manera las tensiones se elevaron dentro del
grupo y la desmoralización les hizo a Zasúlich y Axelrod cuestionarse la razón
de ser del Grupo. Los veteranos estaban siendo descalificados para llevar a
cabo las tareas de dirección del movimiento revolucionario.
Las diferencias entre la juventud y el grupo, se
habían mantenido en lo organizativo más que en lo político. Plejánov había
intentado ser lo más paciente y conciliador que pudo. Pero esto fue así solo
hasta la creación de la revista "Rabóchaya Mysl" (El
Pensamiento Obrero).
Rabóchaya Mysl
En 1897 se publicó en San Petersburgo el primer número
de la revista "Rabóchaya Mysl", y en ella la juventud dejó
clara su nueva tendencia. Entre líneas, se podía entender que la lucha política
era ajena a la clase obrera y que la necesidad de un partido político, era
irrelevante para los obreros.
Como era de esperarse, esto fue un duro golpe para los
veteranos del Grupo Emancipación del Trabajo, se habían hecho realidad
sus peores pesadillas. La juventud se había abierto paso a la desviación
economicista.
Los editores de Rabóchaya Mysl en su afán de
hacer de su periódico, un periódico de masas, habían rebajado el nivel de sus
artículos e incluso la cantidad de hojas, demostrando su desprecio a los
trabajadores, al creer que no tenían la capacidad de entender y de discutir
sobre la política.
Así los teóricos de Rabochaya Mysl, abrieron
las puertas a un proceso de degeneración que les conduciría al economicismo.
Dejaron de lado los planteamientos políticos para la clase obrera, basándose
solo en el simple activismo. De esta manera relegaron la teoría revolucionaria
a un segundo plano, sentando las bases para lo que más adelante sería la
tergiversación de la "teoría de las etapas", de la que luego los
mencheviques y estalinistas se harían cargo.
La experiencia ha demostrado el carácter oportunista
del economicismo y su deseo de encontrar un atajo en la política (un salto que
les permitiera acortar el camino para ganarse a las masas). Este termina
pateando el programa y el método marxista al querer cosechar lo que no se ha
sembrado, diluyendo la teoría y menospreciando a las masas con la excusa de no
tener las capacidades para lograr comprender la teoría.
El Revisionismo
Si bien sería un error afirmar que la desviación
economicista ya era una corriente desarrollada, con la publicación del artículo
de Bernstein en el Rabóchaya Myls en 1898, se avizoró el
fortalecimiento de una tendencia oportunista que intentó diluir el programa
marxista, cuestionando los fundamentos del marxismo, con la excusa de que sus
postulados habían caducado.
Bernstein quien era dirigente del Partido
Socialdemócrata Alemán, estaba a favor de "revisar" el marxismo con
el argumento de que en la actualidad la sociedad era mucho más compleja.
Para los revisionistas el capitalismo había superado
en gran medida sus contradicciones, y como consecuencia, el movimiento obrero
debía renunciar a la lucha por destruirlo, y limitarse solo a conquista de
reformas graduales que lo ajustaran, hasta su transformación en socialismo, en
un futuro indeterminado.
Las ideas del reformismo respondieron a un período de
auge económico del capitalismo en Alemania, Gran Bretaña, Francia y Bélgica. El
prolongado boom económico previo a la I Gran Guerra imperialista (1914-1918),
con relativas mejoras de las condiciones de vida de las capas superiores del
proletariado.
El aumento de la influencia de los partidos y
sindicatos obreros generó una nueva capa de funcionarios sindicales y
burócratas del partido, que, en tanto sus condiciones de vida material habían
cambiado, también habían cambiado sus conciencias. De esta manera se dio base
material al revisionismo, dejando con esto de responder a los intereses de la
clase obrera.
El revisionismo albergaba la ilusión de transitar al
socialismo de manera pacífica, y convenientemente para algunos, este no tendría
fecha exacta para lograrse, por lo cual se dejaba en manos de un futuro
incierto y difuso su establecimiento. Su oportunismo era evidente. Por eso
"Plejánov reclamaba ya en 1900-03 la expulsión de Bernstein del
partido." (V. L. Lenin, 1920)
Si bien, en parte de Europa hubo mejoras en la calidad
de vida en las capas superiores de los obreros, no ocurrió lo mismo en Rusia,
por lo que las ideas de Bernstein no calaron del todo. "Únicamente gentes
muy miopes, podían pensar en modificar las bases de la doctrina de Marx, bajo
el influjo de unos cuantos años de auge y prosperidad industrial." (V. I.
Lenin 1908).
En Rusia las condiciones de vida eran realmente
deplorables, no existía una aristocracia obrera donde sus ideas pudieran
prosperar, pero lamentablemente no ocurriría lo mismo con la juventud
revolucionaria, que se encontraba teóricamente vulnerable, debido a que la
mayor parte de sus dirigentes más preparados se encontraban en el exilio.
El bajo nivel político de los jóvenes facilitó la
propagación del revisionismo entre sus filas, viéndose reflejado el 1 de mayo
de 1899, con la publicación de un panfleto por parte de un grupo de jóvenes de
Petersburgo. En este panfleto hicieron un llamado a la jornada laboral de 10
horas, cuando la consigna aceptada por la socialdemocracia internacional era de
8 horas. Este acontecimiento además de ser considerado una traición, también
abrió los ojos ante la necesidad de crear un partido que pudiera unificar la
dirección del movimiento y crear un periódico para toda Rusia.
El I Congreso del Partido Social Demócrata Ruso
Desde hace varios años existía la necesidad de un
congreso para la fundación de un partido que unificara la dirección de los
distintos grupos locales. Lenin con mucho esfuerzo había logrado sacar de
prisión un borrador de programa para ese partido, pero se hacía muy difícil
convocar a un congreso con todos los delegados; en las condiciones de represión
y clandestinidad en la que se encontraba sometida la dirección en Rusia.
De esta manera, el I Congreso fue celebrado en Minsk
en 1898, donde se reunieron 9 delegados de varias organizaciones y grupos
locales de San Petersburgo, Moscú, Kiev, Ekaterinoslav y el Bund, y sin
convocar a los grupos de Odessa y Nikolaev, ni a los compañeros en el
extranjero, por cuestiones de seguridad.
Las principales figuras del movimiento se hallaban en
el exilio y Lenin, Mártov y Potrésov se encontraban en Siberia. En este I
congreso los delegados lograron aprobar y publicar un manifiesto fundacional,
donde oficialmente se funda el Partido Obrero Social Demócrata Ruso (POSDR).
Lamentablemente el I congreso no logró promulgar
estatutos, ni un programa para el partido. Solo logró aprobar algunas
directrices organizativas, redactar un manifiesto tras la clausura y elegir un
Comité Central (CC) compuesto por tres miembros. Al poco tiempo después, dos de
los tres miembros del CC fueron detenidos por la policía, corriendo el mismo
destino el grueso de los delegados.
La falta de resultados del I congreso, condujo a la
necesidad de convocar a uno nuevo en el que se aprobase un programa y se
decidiesen las formas organizativas del partido. Era necesario establecer
criterios organizativos que permitieran unificar y fortalecer el movimiento. La
dirección del Bund(13) se empeñaba en mantener la autonomía. La
existencia de divisiones nacionales, habían llevado a disputas dentro del
movimiento e incluso a ocasionar escisiones dentro de las organizaciones
obreras.
En la práctica, el I congreso no había logrado
unificar la dirección de los grupos locales, aún prevalecían los métodos poco
profesionales y la dispersión organizativa. Este sería el papel que en un
futuro jugaría el periódico Iskra; siendo "unificador" y
"organizador colectivo" del movimiento. (V. I. Lenin, 1902)
Iskra
Sin duda el lanzamiento de Iskra fue de suma
importancia para el nacimiento del bolchevismo en Rusia. Su creación coincidió
con un período de crecimiento industrial, que fortaleció a la clase
trabajadora, pero que a su vez, lo hizo con un período de tensiones y
resentimientos a causa de la ruptura de la juventud -a lo interno de Rusia- con
los veteranos marxistas del Grupo Emancipación de Trabajo.
Fue un momento en el que los esfuerzos de la troika
formada por Lenin, Mártov y Potresov, encontraron serias dificultades para
vincularse con el Grupo Emancipación para el trabajo, debido a la
actitud resentida de Plejánov.
A pesar de las dificultades, se logró consolidar un
comité de redacción de seis miembros: Lenin, Mártov, Potrésov, Plejánov,
Zasúlich y Axelrod, que llevarían a cabo la labor de construir un periódico
marxista genuino: Iskra, lanzando su primera edición en 1900 en Alemania.
A pesar del trabajo y los esfuerzos por levantar el
periódico, las tensiones dentro del comité de redacción eran cada vez más
fuertes. Las disputas entre Plejánov y Lenin se habían hecho más frecuentes.
Lenin había sido muy paciente. Trataba de evitar sobre cualquier cosa una
posible escisión.
Lenin había absorbido gran responsabilidad en el
periódico, al igual que su esposa Nadyezhda Krúpskaya. A pesar de las
dificultades, Iskra fue ganando autoridad política entre los obreros rusos. La
dificultad mayor era la de ingresar el periódico a lo interno de Rusia y
distribuirlo, debido a las precarias condiciones signadas por la represión y
censura zarista.
El trabajo político y la agitación se encontraban
sometidas a la clandestinidad. Frente a estas circunstancias, se buscaron
distintos mecanismos para satisfacer la demanda de ejemplares de Iskra. Sin
embargo, era siempre mayor la demanda que la oferta del periódico. Pero se
estaba logrando algo muy importante: crear una tendencia al rededor del
periódico, la tendencia Iskra.
La tendencia Iskra se fue fundando de manera gradual
fruto del trabajo paciente, estableciendo en principio una periferia de
simpatizantes y la creación de una red de corresponsales obreros para colaborar
en la distribución del periódico. La tendencia fue construida al rededor del
periódico. Según la teoría de Lenin, el periódico no solo debía ser un
"propagandista colectivo y agitador colectivo, sino también un organizador
colectivo." (V. I. Lenin, 1902).
El periódico era el centro de la tendencia, se había
convertido en la fuerza que lograba unificar distintos comités en toda Rusia,
por lo que se había ganado la simpatía y el recelo de otros pequeños grupos
locales, provocando a su vez divisiones a lo interno de estas organizaciones. Ejemplo
de esto, fue la salida de los simpatizantes de Iskra de la "Unión de
socialdemócratas en el extranjero" para luego crear la "Liga
de socialdemócratas revolucionarios en el extranjero".
Los obreros se sentían identificados con las ideas y
la claridad del periódico. El profesionalismo del periódico era una marca
distintiva de Iskra. Lenin había alcanzado "la interrelación dialéctica
entre agitación, la propaganda y la teoría."(Woods A, 2004)
Iskra había coincidido con el comienzo de una nueva
escalada revolucionaria: la lucha de los estudiantes, el crecimiento de la
industria y el fortalecimiento de la clase obrera. Iskra creció en un período
marcado por las huelgas, pero además, había logrado defender la independencia
de clase, llevado a cabo una confrontación abierta y a una crítica implacable
con todas aquellas tendencias economicistas y revisionistas.
Ante la amenaza política de dirección que representaba
Iskra y la tendencia que se formaba a su alrededor, los economistas de la Unión
Socialdemócrata en el Extranjero, buscaron convocar a un congreso del
partido de manera apresurada, para así tomar ventaja e impedir que Iskra
convocara a un congreso en el que quedaran como minoría con respecto a esta
tendencia.
A pesar de las intenciones de los economicistas de
convocar a un congreso excluyendo a la tendencia Iskra, de donde no invitaron a
ningún representante, Iskra al enterarse envió a un delegado que se presentó
sin invitación, logrando de esta manera que los otros delegados dejaran de
llamar a aquello “congreso”.
Al no poder excluir a la tendencia y no lograr
convocar a la cantidad suficiente de representantes -que no llegó a superar la
cantidad de delegados del anterior congreso- los economicistas terminaron
llamando a su intento frustrado de "congreso” "Conferencia para la
elección del comité organizativo del II congreso”.
Lamentablemente al poco tiempo, varios delegados a
esta conferencia e incluso delegados miembros del comité organizativo, fueron
arrestados, cayendo la responsabilidad de organizar y convocar el II congreso
en las manos de Iskra.
Debido a la publicación quincenal y de manera regular
que había alcanzado el periódico, Iskra había superado a las distintas prensas
locales del movimiento. Y de la misma manera el comité de redacción de Iskra,
había ganado autoridad política por su profesionalismo, su clara orientación
teórica y sus acertadas directrices prácticas.
A pesar de los logros que se estaban cosechando
gracias a la publicación del periódico, la responsabilidad seguía estando en
gran medida sobre los hombros Lenin y su esposa Krúpskaya. De esta manera las
actividades organizativas que precedieron al II congreso, también cayeron sobre
Lenin a pesar de que comité de redacción lo componían 6 miembros.
Si bien ya existían tensiones a lo interno del comité
de redacción, la responsabilidad de llevar a cabo el II congreso trajo consigo
más tensiones. Se había hecho difícil llegar a un acuerdo en cuanto al borrador
de programa del partido.
En enero de 1902, Plejánov presentó un borrador del programa,
al que Lenin y Mártov hicieron algunas observaciones, pero como era de
esperarse, Plejánov tomo de mala manera y de forma personal las críticas,
negándose a discutirlas y llevando a Lenin a redactar un borrador alternativo.
Las discusiones que se dieron en torno al borrador del
programa -tanto el presentado por Plejánov y el alternativo escrito por Lenin-
trajeron consigo discusiones acaloradas en términos poco profesionales y más
bien personales en el seno del comité, generando en él, una atmósfera de gran
tensión.
La relación entre Lenin y Plejánov se encontraba en un
punto álgido y de ruptura, las cosas habían llegado a un punto en el que Lenin
pensó en llevar a la base sus diferencias con Plejánov. Sin embargo, las
terribles consecuencias que esto podría tener en el congreso lo detuvieron.
Lenin temía la escisión de la tendencia Iskra.
Las tensiones dentro del comité de redacción, aunadas
a las sobrecargas de trabajo que precedieron la preparación del II congreso,
debilitaron la salud de Lenin, llevándolo a estar en cama incluso durante
semanas, a las vísperas del congreso.
"La pluma"
El ambiente en el comité de redacción era notablemente
denso, existían diferentes disputas entre Plejánov y Lenin, las discusiones se
hacían largas y difíciles de votar (al ser un comité con 6 miembros y tener
Plejánov el derecho a 2 votos).
En estas circunstancias, se hacía necesario encontrar
a un nuevo compañero, alguien que estuviese en la capacidad de asumir
responsabilidades dentro del comité de redacción, por lo que la llegada de
Trotsky fue sumamente oportuna. Lenin le aprovechó muchísimo para esta causa.
Trotsky con apenas 22 años, se había ganado un nombre
como escritor marxista, de allí que le llamaran "la pluma". A
su llegada a Londres tras haberse escapado del exilio siberiano, Lenin se
encontró bastante entusiasmado con sus capacidades. Consideraba que era justo
el compañero que se necesitaba para asumir las tareas y superar las
dificultades dentro del comité. De esta manera Trotsky fue asumiendo tareas.
En 1903 Lenin solicitó formalmente la inclusión de
Trotsky en el comité de redacción. La pluma había estado escribiendo
para varios números de periódico durante algunos meses, y consideraba que tenía
los méritos para pertenecer al comité, sentía que había una necesidad de
incluirlo de manera formal, puesto a que simplificaría el proceso de votación y
fortalecería al comité.
En la propuesta de Lenin, Plejánov avizoró que podría
perder autoridad, Trotsky sería un aliado de Lenin, lo colocaría en desventaja
ante los demás miembros, por eso no estuvo de acuerdo en incluirlo al comité,
para lo que se necesitaba que la decisión fuese unánime, no bastaba con que la
mayoría estuviera de acuerdo con incluir a Trotsky. (Woods A, 2004)
Cuarta lección
Son muchas las lecciones que podemos extraer en torno
a la experiencia del periódico. Evidentemente era necesario romper con el
pasado y terminar con la mentalidad del pequeño círculo.
A nivel organizativo, la psicología del pequeño
círculo es una de las trabas más comunes en el proceso embrionario de la
conformación de las organizaciones marxistas o cualquier otro tipo de
organización política.
El comité de redacción de Iskra, estaba sometido a
elevadas tensiones a causa de las diferentes disputas entre sus miembros,
principalmente entre Lenin y Plejánov. La intransigencia de Plejánov mellaba la
paciencia de Lenin.
A pesar de la grandeza de Plejánov, los largos años de
exilio habían vuelto difícil su adaptación a la nueva situación en la que se
encontraba el movimiento revolucionario ruso. Las diferencias existían entre
ambos revolucionarios, se centraban en que Lenin consideraba que (en algunos
casos) los escritos de Plejánov, parecían ser demasiado académicos y poco
concretos (como su borrador del programa para el II congreso).
Lo terrible no era tener diferencias, sino tener que
discutirlas en un ambiente álgido, de tensiones y discusiones acaloradas, en
donde Plejánov se tomaba las críticas y observaciones de manera personal,
olvidando que eran simplemente parte del trabajo político y democrático que se
tenía que dar en el comité.
Estos son uno de los errores más frecuentes dentro de
las pequeñas organizaciones en sus orígenes. Lo importante es comprender que la
crítica es necesaria, y qué las relaciones políticas deben prevalecer sobre las
personales. Las relaciones políticas son relaciones que se deben mantenerse el
marco del respeto y la tolerancia entre camaradas.
Si no se dejan de lado los métodos rudimentarios y
poco profesionales, estos se convertirán en obstáculos para el desarrollo
posterior de la organización. La relación política debe prevalecer ante las
diferencias personales para el propio desarrollo de las organizaciones.
El II Congreso
A pesar de la disputas entre las distintas tendencias,
sólo se mantuvo al margen un comité: oronezh, el cual no quiso
participar en la convocatoria al II congreso que se celebró en julio de 1903 en
Bruselas. Allí tuvieron lugar las tres primeras sesiones, luego el congreso se
tuvo que trasladar (por seguridad) a Londres. Tomaron la previsión de ir
cambiando periódicamente de lugar, para no ser sorprendidos y detenidos por la
policía.
En el II congreso la condición para aceptar delegados,
era que las secciones hubieran existido mínimamente de manera ininterrumpida 12
meses, por lo cual no se invitaron a comités locales que no cumplirán con este
requisito (Voronezh, Samara, Poltava, Kishinev).
Para el II congreso habían 43 delegados con 51 votos
de pleno derecho, en algunos lugares había más de un comité local, por lo que a
estas delegaciones se les concedió dos votos. En el caso del Bund, se le
concedió 3 votos, uno por la organización del Bund en el extranjero y otros
dos, por las dos organizaciones en Petersburgo. (Woods A, 2004)
La discusión en cuanto a la cuestión nacional del Bund
y sus implicaciones en el partido, llevaron muchísimo tiempo, resultaba
fundamental sentar principios marxistas en torno a la cuestión nacional.
Sobre la cuestión nacional
El Bund en la práctica había desarrollado un trabajo
independiente como una tendencia nacional muy fuerte, por lo que en el II
congreso los bundistas hablaron como si fuesen ya un partido establecido, el
cual sólo quería entrar al Partido Obrero Social Demócrata Ruso (POSDR)
como una organización independiente sobre las bases del federalismo.
El Bund justificaba su postura argumentando que los
obreros judíos, poseían intereses particulares distintos a los de los obreros
rusos en general. Argumentaban que se encontraban sometidos no solo a la
explotación obrera, sino a la opresión racial y nacional, siendo esta lucha
sólo del interés de los trabajadores judíos.
Cuando las pretensiones de monopolizar los asuntos de
los judíos por parte de los dirigentes del Bund fueron rechazadas, los
bundistas se autoexcluyeron del II congreso. Sus delegados se marcharon.
Otros que también decidieron irse, fueron los
delegados de la Unión de Social Demócratas Rusos en el Extranjero,
al ver que se reconoció a la Liga de Social Demócratas Revolucionarios
como únicos representantes del partido en el exterior, cambiando de forma
decisiva la correlación de fuerzas a lo interno del II congreso.
Quinta lección
Para muchos la postura marxista sobre la cuestión
nacional en Rusia fue crucial para lograr el éxito de la revolución. Por una
parte se rechazó con firmeza todo tipo de opresión nacional, incluso la
retención forzada de una nacionalidad a los límites de un Estado común. Pero
también se comprendió la importancia del centralismo en el partido para evitar
el enfrentamiento entre los obreros de distintas nacionalidades.
A pesar de la aparente contradicción entre ambos
aspectos, realmente se complementan. Es necesario entender el peligro que
representan los nacionalismos dentro de las organizaciones obreras, que puede
causar divisiones internas e imposiciones de una minoría nacional sobre los
intereses de toda la clase.
Lenin siempre rechazó la organización política de la
clase bajo el federalismo. Este solo contribuía a la fragmentación de
movimiento obrero, debilitando su capacidad y accionar político en defensa de
los intereses de la clase obrera en su totalidad.
En palabras de Alan Woods: "Una organización
revolucionaria no es el prototipo del Estado futuro si no el instrumento para
su creación, y todo instrumento debe ser adecuado para fabricar el producto,
pero no debe asimilarse a él. Solo una organización centralizada permite el
triunfo revolucionario, aunque se luche contra la centralización opresiva de
las naciones."
La cristalización de dos tendencias en el seno de
Iskra
En el II congreso la tendencia de Iskra poseía la gran
mayoría de votos, su oposición se encontraba en minoría, y el resto estaba en
el terreno de la indecisión. La tendencia de Iskra parecía estar de acuerdo en
todas los aspectos, incluso hubo unanimidad en las cuestiones políticas. Pero
luego en la sesión 22 del II congreso, surgieron diferencias protagonizadas por
Lenin y Mártov.
Las diferencias en el II congreso giraron en torno a
la primera cláusula del reglamento del partido, el cual trataba sobre un tema
organizativo sobre a quienes se les podría considerar militantes del POSDR. En
su borrador Lenin lo planteaba de la siguiente manera: "Un miembro del
POSDR es aquel que acepta su programa, apoya al partido económicamente y
participa personalmente en una de las células del partido." (Woods A,
2004)
Por su parte, Mártov proponía que el miembro del
POSDR, fuese aquel que aceptara el programa y apoyara económicamente al
partido, pero que "diese regularmente al partido su cooperación personal
bajo la dirección de una de las células del partido". Lo que parecía a
simple vista no distar mucho de la propuesta de Lenin. (Woods A, 2004)
La alternativa que planteaba Mártov era un poco
"blanda", ya que su posición resultaba ser conciliadora y difuminaba
las diferencias entre un militante y un simpatizante. En torno a este incidente
y al II congreso en general, se intentaron posicionar un conjunto de patrañas,
todo con la intención de calumniar el verdadero espíritu de la propuesta de
Lenin, colocándolo como un supuesto defensor de un centralismo
"dictatorial", o incluso historiadores burgueses hablaron de éste y
otros episodios, como el nacimiento de la división entre Mencheviques y
Bolcheviques como tendencias acabadas. Lo cual no es cierto.
Si bien comenzaron a cristalizarse diferencias entre
los "Duros" y los "Blandos" -como prefirió llamar Lenin a
ambas tendencias- las diferencias fueron de tipo organizativo. En aquel
momento, no existieron diferencias políticas como las que existirían más
adelante entre Mencheviques y Bolcheviques, sin embargo, estas divergencias
organizativas prefiguraban de modo embrionario las frontereas que separarían
decisivamente una tendencia de la otra.
Los seguidores de la tendencia Iskra estaban de
acuerdo con un partido centralizado y fuerte, por lo cual se opusieron al
federalismo nacional e intereses fraccionales del Bund. Si la propuesta de
Mártov no prosperaba, no sería a causa del Lenin "dictatorial" que
quisieron pintar los historiadores burgueses.
Estas diferencias tampoco surgieron por el
"espíritu" profundamente "democrático" de Mártov, en
realidad estas discrepancias reflejaban solo un hecho latente, la blandura de
los veteranos marxistas ante las capas intelectuales que se resistía a
participar de lleno en el trabajo político. La propuesta de Mártov representaba
a una tendencia conciliadora de clase que había que erradicar, pero los viejos
hábitos se resisten a morir. De allí a que podamos extraer más de una lección
de este episodio.
Sexta lección
El análisis de las presiones de las clases ajenas, en
sí mismo nos muestra una gran enseñanza.Los líderes y dirigentes, al igual que
sus organizaciones, no solo se encuentran sometidos a las presiones de las
masas y las distintas condiciones de existencia, también se encuentran
presionados por las otras capas o clases de la sociedad.
Esta presión de otras clases, principalmente
intermedias y de grupos o capas de la clase media o la pequeña burguesía, de
intelectuales o profesores, siempre estarán rodeando, presionando e incluso
tratando de influir con sus prejuicios al movimiento revolucionario de la clase
trabajadora. Por lo que en períodos largos de coexistencia mutua, los
dirigentes de los trabajadores pueden ser irradiados de ideas y prejuicios de
estas capas, y por tanto asumir sus posturas conciliatorias.
Los veteranos del Grupo Emancipación del trabajo
-y otros revolucionarios en el exilio- habían pasado largos años rodeados y
expuestos a estas constantes presiones, teniendo consecuencias en las
conciencias de los mismos.
El entorno social de los viejos revolucionarios había
estado rodeado de intelectuales: de profesores, doctores y abogados que les
apoyaban incluso con donaciones económicas, pero que no estaban dispuestos a
involucrase más de lo que les pareciera cómodo, o de lo que pudiera alterar sus
condiciones de vida. Tanto Zasúlich, Mártov y Axelrod habían estado actuando en
defensa -quizás sin caer en cuenta- de los intereses de este círculo social,
transmitiendo estas mismas presiones al II congreso y con ello al partido, que
se suponía que debía responder a los intereses de la clase trabajadora y no a
los intereses de otras clases ajenas.
A pesar de que Zasúlich, Mártov y Axelrod se habían
opuesto a Lenin, el instinto revolucionario de Plejánov le indicaba que Lenin
realmente estaba en lo correcto, por lo que se juntó a Lenin en esta cuestión;
a pesar de que lo ocurrido lo colocaba en una situación difícil ante sus viejos
compañeros.
Luego de un fuerte y acalorado debate en torno a esta
cuestión, se terminó aprobando la alternativa de Mártov con 28 votos a favor y
23 en contra, pero a pesar de estas diferencias, no se había precisado aún una
escisión definitiva en el seno de la tendencia Iskra. (Woods A, 2004)
Séptima lección
En cuanto a las diferencias que surgieron entre Lenin
y Mártov en el II congreso, como se explicó, no llegaron a ser diferencias
políticas, y se quedaron el ámbito organizativo. Para el marxismo, estas
cuestiones no representan la misma trascendencia que pueden tener los
principios políticos, más aún cuando nos encontramos ante un mundo y
circunstancias cambiantes, donde no existen verdades absolutas. Por lo que las
cuestiones organizativas no deben ser consideradas leyes eternas, inviolables e
impolutas. Todo lo contrario, las directrices organizativas pueden cambiar y
ser modificadas según sea el caso y las necesidades del movimiento y del
partido.
Si bien Lenin, en las circunstancias donde el partido
se encontraba en un período de desarrollo embrionario, fue rigurosos para
forjar los cimientos del partido, más adelante, cuando las circunstancias
históricas cambiaron, fue el mismo Lenin quién en la revolución de 1905 planteó
flexibilizar estos criterios para permitir el ingreso de nuevos reclutas y
educarlos en el espíritu bolchevique, y que en 1912 abogó por que el partido se
abriera a las masas, cuando este se estaba consolidando como una fuerza
política en potencia para la clase.
Reducir el análisis a decir que Lenin se equivocó,
pasaría por alto las claras diferencias entre circunstancias históricas
distintas, donde el partido debe modificar sus cuestiones organizativas a favor
de sus propios intereses políticos y a favor de las masas trabajadoras.
Es por lo anterior que es importante destacar no solo
en análisis dialéctico de la historia política y las circunstancias que rodean
el momento histórico preciso, sino el comprender que el partido necesita de la
mayor atención en su proceso de gestación, tanto en los aspectos políticos y
organizativos, para lograr construirlo sobre bases sólidas y no sobre
principios y cuadros desvirtuados.
Mitos del congreso de 1903
En torno al II congreso, se han generado un conjunto
de mitos que responden a oscuros intereses. Por una parte -como ya hemos
aclarado- respondieron a intereses de los historiadores burgueses en posar un
manto de intransigencia y tiranía sobre Lenin, y por otra parte, a la oprobiosa
intención de Stalin, Kamenev y Zinóviev -en los primeros años tras la muerte de
Lenin, de difamar a la figura Trotsky por medio de una campaña de calumnias
para empañarle y con ello apartarlo de la dirección y del poder (como de hecho
sucedió). Luego de la muerte de Lenin, el afán de tergiversar los
acontecimientos y las disputas que tuvieron lugar en el II congreso y otros momentos
históricos, fueron notables.
Por su parte, los estalinistas han preferido
tergiversar la historia y continuar mintiendo. Afirmar que Trotsky fue
menchevique desde 1903, cuando en este momento no existían tales categorías,
resulta una gran mentira.
Trotsky se encontró temporalmente con la minoría
blanda. Consideraba, como muchos cuadros del POSDR de ambas tendencias en
gestación, que aún era posible conciliar las diferencias (organizativas) y
estaba en contra de una posible escisión del partido. Reconociendo que Lenin
era quien tenía la razón, él siempre estuvo más cerca del bolchevismo que de
cualquier otra tendencia, solo que organizativamente en un punto muy
específico, se encontró con la minoría en corto período de tiempo, para luego
romper con el grupo de Mártov en 1904, una vez las posiciones oportunistas del
menchevismo fueron desarrollándose de manera plena. (Woods A, 2004)
El comité de redacción
Luego de las discusiones organizativas protagonizadas
por Lenin y Mártov, Lenin planteó la elección de un comité de redacción de tres
miembros. La propuesta causó conmoción.
Aunque esta propuesta había sido discutida y aceptada
con antelación por los editores, para cuando Lenin la planteó, fue tomada con
sorpresa por parte de algunos de los delegados y con indignación principalmente
por los veteranos del Grupo Emancipación del Trabajo. Recordemos que el
antiguo comité de redacción estaba conformado por 6 miembros: Plejánov,
Axelrod, Zasúlich Potrésov, Mártov y Lenin. Lo que Lenin proponía era reducir a
la mitad al comité, excluyendo a Axelrod, Zasúlich y Potrésov.
De los 45 ejemplares de Iskra, la mayor parte de los
artículos habían sido escritos por Plejánov (24), Mártov (39) y Lenin (32).
Mientras que los demás en un período de tres años, asumieron muy pocas
responsabilidades, Axelrod (4), Zasúlich (6) y Potrésov (8). Sin duda la
propuesta Lenin era la expresión de una realidad. En lo concreto, las
responsabilidades del comité solo pesaban sobre Plejánov, Mártov y Lenin.
Además, el comité de 6 miembros nunca logro reunirse por completo ni tan solo
en una ocasión. En la práctica, solo estos tres resolvían los asuntos políticos
y no solo de redacción dentro del comité. (Woods A. 2004)
Ante la propuesta que había conmocionado a parte de
los delegados, e indignado principalmente a Zasúlich y a Axelrod, Trotsky
propuso la reelección del comité de los 6 miembros, propuesta que no fue
aceptada. La mayoría en el congreso aprobó la propuesta de los tres miembros
(Mártov, Lenin y Plejánov) pero Mártov se rehusó a participar en él y se
embarcó junto a los veteranos en una lucha por boicotear el congreso y las
decisiones tomadas en él. El temor de Lenin se había materializado, la ruptura
entre las tendencias (duros y blandos) era un hecho.
La escisión fue bastante dolorosa para Lenin, nadie la
esperaba y menos a causa de aspectos organizativos, pero esto solo sería una de
las incipientes expresiones, de una tendencia que se perfilaba mucho más blanda
y presta a otorgar concesiones a las capas medias e intelectuales de la pequeña
burguesía.
Si hubiera sido por Lenin, la controversia en torno a
la elección del comité de redacción se habría solucionado rápidamente, sin
embargo, esto no fue posible. La minoría por el contrario, se aferró a las
diferencias y actuó de manera antidemocrática y dañina, saboteando incluso al
propio partido pasando por encima de los acuerdos y órganos electos.
Octava lección
Una de las lecciones que podemos extraer de los
debates acontecidos dentro del II congreso, es el papel destructivo de las ambiciones
y prestigio personal dentro de las organizaciones.
La actitud que asumieron algunos de los miembros del Grupo
Emancipación del Trabajo, solo reflejaba su incapacidad de avanzar hacia
las nuevas exigencias del movimiento revolucionario, además de la dificultad de
salir de las limitaciones que representaba la psicología del pequeño círculo.
En algunas oportunidades, el elemento del prestigio
personal, puede ser causante no solo de fricciones, sino también de escisiones
y fracturas dentro del partido, trayendo consigo consecuencias negativas a las
organizaciones de la clase obrera.
Estas disputas por puestos o cargos dentro de la
dirección de las organizaciones, a causa del prestigio, rivalidades y
ambiciones personales, no tiene nada que ver con el quehacer político de los
marxistas. Solo los cuadros desvirtuados y/o viciados han caído en esta
degeneración. Si bien en el caso de Axelrod y Zasúlich su actitud respondió más
a un deseo de preservar la autoridad y prestigio político que habían gozado durante
varios años, no debemos olvidar otros ejemplos de los estragos que pueden
causar las ambiciones y rivalidades personales, como aquellas que movieron de
Stalin, Kamenev y Zinóviev, a formar un bloque secreto para arribar a la
dirección, luego de la muerte de Lenin, tras desprestigiar y sacar de juego a
Trotsky, todo por medio de calumnias y bajezas que tanto han caracterizado al
zinovievismo y al estalinismo.
Del nacimiento del marxismo en Rusia
A lo largo de la historia del nacimiento del marxismo
en Rusia podemos encontrar un conjunto inalcanzable de lecciones, tácticas y
estrategias políticas y organizativas, imposibles de abarcar en pocas líneas.
Los acontecimientos forjaron a los revolucionarios rusos, para ser probados por
la historia, como la espada sobre el fuego.
Hemos revisado los acontecimientos más resaltantes del
período originario del marxismo ruso, y de los orígenes de la tendencia que
luego se desarrollaría al punto de convertirse en la mayoritaria decisiva de
clase obrera en 1917: los Bolcheviques.
Nos hemos encontrado con hábitos arraigados,
conservadurismos, tergiversaciones teóricas, vacilaciones y rupturas. Pero a su
vez con un instinto revolucionario, una fuerza incansable y una conciencia
crítica e implacable. El marxismo es de naturaleza contendora, le ha tocado
desde sus inicios polemizar y disputar toda clase de ideas y tendencias,
mostrando su capacidad de analizar, organizar y principalmente de transformar
al mundo.
No estamos ante un cúmulo de experiencias y decisiones
acertadas por parte de los cuadros revolucionarios rusos, por el contrario, nos
encontramos con un camino lleno de aciertos y desaciertos, de tropiezos, pero
sin duda de un conjunto de experiencias que traen consigo lecciones que nos
permiten comprender que no existen verdades absolutas, ni patrones, ni recetas
para la lucha. Creer esto, ha sido parte de los errores de algunos
revolucionarios, de los cuales solo unos cuantos han podido levantarse y
continuar la senda hacia la revolución. "Nuestra doctrina no es un dogma,
sino una guía para la acción." (F. Engels).
Notas
1. Con intelectualidad nos referimos a la vanguardia,
a la élite intelectual, que en los textos históricos rusos se le llama también Intelligentsia,
refiriéndose de igual manera a las clases medias.
2. Narodnik o populista, fue como se les llamo a los
revolucionarios rusos que surgieron en 1860, los cuales se caracterizaron por
su trabajo con el campesinado. Una de sus primeras organizaciones fue Zemlya
i Volya o Tierra y Libertad.
3. 1 desatina equivalen a 1.09 hectáreas (2.70 acres),
en cuanto a la distribución de las tierras (ver pag. 36 del libro "Bolchevismo,
Camino a la Revolución" de Alan Woods).
4. Las influencias del narodnismo fueron variadas,
confusas y en ocasiones indeterminadas. El movimiento narodnik se alimentaba de
un confuso sincretismo de ideas democráticas, anarquistas, liberales, entre
otras, que encontraron eco en una juventud deseosa de encaminar la superación
del estancamiento socioeconómico de Rusia, en un país mayoritariamente
campesino, en un periodo donde el proletariado estaba dando sus primeros pasos,
y en consecuencia, donde las ideas más avanzadas de este último -desarrolladas
en occidente- no tenían donde basarse aún. Si bien, las ideas anarquistas
fueron ganando peso a medida que el movimiento se radicalizaba, el mismo no
dejó de ser amplio y difuso.
5. Haciendo referencia irónicamente al edicto de
emancipación de 1861, que lejos de simbolizar una verdadera
"emancipación" al campesinado, trajo una mayor represión y desgracia.
6."Bakunin es el decadente del utopismo."
Plejánov en Contra el Anarquismo. (1969) Pag. 67.
7. Recordemos la existencia de los kulaks, quienes en
la Rusia Zarista fueron campesinos agricultores dueños de tierras, que incluso
tuvieron la capacidad de contratar a trabajadores.
8. Zemlya i Volya o Tierra y Libertad,
fue una organización secreta que nació en la Rusia Zarista de 1861, la cual
tuvo como fin alcanzar la revolución campesina, pero pronto sería diezmada por
los arrestos en 1864, resurgiendo en 1876 como una organización más cohesionada
y mejor organizada por miembros como: Mijáilov, Plejánov, Morózov entre otros.
En 1878 lograron hacer una publicación que llevo el mismo nombre, Zemlya i
Volya, pero las tensiones dentro y fuera de la organización llevaron a su
disolución en 1879, conformando el ala terrorista: Naródnaya Volya.
9. La Sotsial Demokrat, fue una organización
rusa, formada por el Grupo Emancipación para el Trabajo y sus seguidores
en 1900, después de la escisión de la "Unión de Socialdemócratas Rusos
en el Extranjero". Luego en 1901, formó parte de la "Liga
Social Demócrata Revolucionaria Rusa en el extranjero" al unirse con
Iskra, siendo esta unión una propuesta de Lenin.
10. Zemsky Sobor, que en su traducción literal quiere decir
"Asamblea de la Tierra", se refiere al primer parlamento ruso, el
cual podía ser convocado por el Zar, el patriarca o los boyardos (nobles
terratenientes) de la Duma, siendo el primero de ellos convocado en 1549.
11. Existen diferencias entre la propaganda y la
agitación. Estas no fueron solamente explicadas por Plejánov, Lenin también las
abordó en ¡Qué hacer? en 1902, citando al veterano: "El
propagandista comunica muchas ideas a una sola o varias personas, mientras que
el agitador comunica una sola idea o un pequeño número de ideas, pero en
cambio, a toda una multitud." La etapa de propaganda no significa que no
se trabaje con las masas, es solo que la agitación resulta fundamental para el
éxito de la propaganda.
12. Lenin estando en prisión, escribía con leche y
tinteros de pan entre las líneas de los libros, que al ponerse sobre una vela
se volvían marrón amarillento. Incluso llegó a redactar una proclama "Al
Gobierno del Zar", la cual se propagó con cientos de copias, por lo que la
policía zarista buscaba sin frutos al autor. (Woods A, 2004)
13. El Bund fue una organización obrera y judía
secular, que se conformó como un partido y como un sindicato. Uniéndose al
POSDR en su primer congreso en 1898, siendo reconocido como único representante
de la clase obrera judía en Rusia.
Bibliografía
- Woods,
Alan. Bolchevismo, Camino a la Revolución. (2004)
- Engels F. El Anti-Dühring. La revolución de la ciencia por
el señor Eugen Dühring. (1878)
- V. I
Lenin. Qué hacer? (1902)
- V. I
Lenin. Marxismo y Revisionismo. (1908)
- V. L.
Lenin, La enfermedad infantil del "izquierdismo" en el
comunismo. (1920).
- Marx K.
y Engels F. Manifiesto Comunista. (1848)
- Plejánov
J. Contra el Anarquismo. (1969)
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